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obstinadamente el blog menos leído del internet

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27.2.10

Recortada por las hojas...


ecortada por las hojas y las ramas, que sobre mi cabeza adornaban la noche con estrellas aún más negras que el cielo mismo, se veía resplandeciente la luna. Las sombras en su faz semejaban el baile enamorado de una pareja. No habían lugares como el que en ese entonces exploraba. La fortuna no había querido repetir su obra magna surcando con el mismo esquema colinas de otras latitudes. Tampoco habían exploradores que se aventurasen como yo. Hacía ya dos semanas desde el último contacto con humanos y en ese camino no habían huellas de ninguna clase de antecesor a mi aventura. A mis pies solo había una alfombra de hojas en putrefacción que despedían borbotones de aire viciado que parecía llegar en estado sólido a mí. La intuición me hacía seguir, y era ella mis verdaderos pies, porque ya el conocimiento se había convertido en desesperación. El encontrar que el camino se enrollaba cada vez más sobre sí mismo, como hacen las líneas sobre el nácar de las caracolas, era señal inequívoca de que no faltaba mucho para el claro donde podría encontrar el rayo de luna que no había hecho más que dejarse caer.

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